El 9 de
agosto de 1944, el Presidente de la República del Ecuador, doctor José María
Velasco Ibarra, promulgó el Decreto Ejecutivo Nº 707, mediante el cual se crea
la Casa de la Cultura Ecuatoriana; Institución orientada a fortalecer el
devenir histórico de la patria y cuyo fundamental propósito busca
"...dirigir la cultura con espíritu esencialmente nacional, en todos los
aspectos posibles a fin de crear y robustecer el pensamiento científico,
económico, jurídico y la sensibilidad artística de la colectividad
ecuatoriana".
La idea
partió de la necesidad de devolverle al Ecuador la confianza perdida como
consecuencia de un grave quebranto territorial sufrido en 1941.
De Mariano
Picón Salas, Arnold Toynbee y Keiserling tomó Carrión los fundamentos
filosóficos sobre cuya base apoyó la creación de la Casa de la Cultura
Ecuatoriana.
La Casa de la
Cultura Ecuatoriana lleva el nombre de su creador, Benjamín Carrión, uno de los
valores más altos de las letras nacionales, escritor, lúcido ensayista y
ferviente suscitador de nuestro pensamiento nacional; que luchó para
reivindicar la dignidad del país, y bajo los imperativos de este compromiso,
asumió el desafío que la ciencia, las letras y el desarrollo artístico cultural
del Ecuador, le demandaban.
“Si no
podemos ser una potencia militar y económica, podemos ser, en cambio, una
potencia cultural nutrida de nuestras más ricas tradiciones.” Carrión citaba el
ejemplo de naciones pequeñas como Grecia e Israel, capaces, no obstante, de
figurar entre las más civilizadas y cultas de toda la historia.
La teoría de
la nación pequeña, el símil del sauce podado y la fecundidad del insuficiente
demostraban que un cuerpo mutilado puede actuar en plenitud de posibilidades
físicas y por ende espirituales, merced a fuerzas de compensación por él
desarrolladas. La Casa de la Cultura Ecuatoriana, concebida como un verdadero
hogar de la cultura nacional, haría del Ecuador lo que las armas nunca podrían
lograr: la expresión de una fuerza anímica bajo cuyo signo se enaltecerían las
artes y las letras.
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